Abuso sexual, trauma y autocrítica

Si has sufrido abuso sexual en la infancia puede que no hayas tenido síntomas visibles.  Puedes experimentar síntomas como depresión, ansiedad, explosiones de ira, problemas de sueño o con la comida, problemas con tu cuerpo, con la sexualidad, dificultad para poner límites, para confiar en los demás; y que no relaciones estas dificultades con el abuso.

Trauma es cualquier experiencia difícil frente a la que no tienes recursos y por tanto es vivida como experiencia desbordante y abrumadora. Cuando estas situaciones ocurren en la infancia y con las figuras cuidadoras el daño es mayor: como sucede en el maltrato emocional, físico o sexual.

En estos casos, la niña o el niño no puede enfrentarse a esa figura supuestamente de protección, es más, depende de esa persona. Si es el caso de mamá, papá o hermanos mayores el niño o la niña no tiene la capacidad de pensar “están haciéndolo mal”. Al contrario, desafortunadamente comienza el proceso inverso: la autocrítica. El crítico interno se va construyendo y haciendo fuerte “no haces nada bien”, “eres una inútil”, “eres un fracasado”, “no vales nada”. Por extraño que parezca siempre tiene una intención positiva: hacer las cosas perfectas para que me quieran, para que dejen de tratarme mal, porque soy yo la persona que tiene el problema de imperfección. En el caso de un abuso sexual además se añade la culpa.

El crítico interno es la parte de nuestra mente que se ve defectuosa e insignificante.  Nace como una respuesta al trauma. Nace para ayudarnos, aunque sea de una manera extrema, a ser mejores para que nos quieran y no nos hagan daño. Cuanto más severas y maltratantes fuesen las figuras de referencia a quienes complacer, más dañino y poderoso será nuestro crítico interno.

Para suavizar esta parte tuya es importante expresar el dolor que lo causó.

La represión de las mal llamadas “emociones negativas” causa mucho dolor innecesario. A menudo, en nuestra cultura, se enseña y se fuerza a rechazar, a patologizar la tristeza, el miedo o el enfado como si no fueran estados emocionales normales.

Es bastante fácil gustarte a ti mismo/a cuando están presentes sentimientos como el amor, la felicidad o la serenidad. La salud psicológica profunda se ve cuando puedes mantener una postura de autoamor y autorrespeto en los tiempos de dolor emocional.

La terapia te sirve para conocer y liberar esas emociones reprimidas y aprender a tratarte con autoamor y autorrespeto.

En el proceso solemos experimentar lo que llamamos los “flashbacks emocionales

Que son regresiones repentinas a sentimiento abrumadores. Puedes volver a sentirte como la niña o el niño que sufrió maltrato o abuso. Puedes sentir miedo, desesperanza, vergüenza o ira.

Medidas para momentos difíciles:

Estos flashbacks son oportunidades para procesar esos sentimientos antiguos que no has podido liberar. Date permiso para sentir y expresar ese dolor, miedo o abandono.

Los flashbacks te ayudan a conocerte, a saber, qué experiencias necesitas revisitar, qué necesidades atender en ti.

Date cuenta: “estoy teniendo un flashback”. Esta experiencia te lleva a un lugar atemporal, puedes sentir que regresas a la infancia y sentirte en desamparo. Recuerda que lo que te sucede son memorias del pasado y por tanto, no te pueden hacer daño ahora.

Háblale a la niña/o interior: para calmarle acoge esas emociones, no las rechaces y dile las frases que más necesite escuchar “tienes derecho a poner límites”, “estoy contigo para escuchar tu dolor”, “aunque tienes miedo aún, el peligro ya pasó”, “no estás sola”, “no tienes la culpa”.

Tienes derecho a defenderte, nadie tiene porqué tratarte mal, eres libre de poner límite a personas con comportamientos injustos, o que te hacen daño.

En un ataque de autocrítica: lo primero es darte cuenta de que te estás haciendo daño y hablando mal. Aunque en el momento es posible que no sepas pararlo, intenta empatizar y atender el dolor de sentir esa sensación de ser defectuosa e insignificante.

¡Importantísimo! Sé paciente contigo: es un proceso, requiere ir paso a paso, no te castigues por tener un flashback.

El proceso terapéutico comprende aprender a tratarte bien, el vínculo amoroso contigo, el automaternaje:  construir un sentimiento profundo de que eres querible y mereces ser querido/a. La automaternidad es la práctica de querer y aceptar al niño/a interior en todas las fases de su experiencia mental, emocional y física.

La automaternidad proclama que el amor incondicional es el derecho por nacimiento en la infancia.